Patricia es una joven modelo con una prometedora carrera. Es guapa, tiene dinero, éxito, un marido al que quiere y protege, ayuda a sus padres y a su hermana para que no les falte de nada. Pero un día, en un avión, su compañera de viaje, Viviana, afirma que hay alguien cercano que quiere matarla. Lo que en un principio parecieron unas palabras procedentes de una persona rara y no muy cuerda, pronto empiezan a hacer mella en la vida de Patricia cuando pequeños accidentes hacen tambalear su estable y feliz vida. ¿Realmente la vida de Patricia es la vida que ella quiere para sí misma y para ser feliz?
Clara Sánchez escribe una novela que es una reflexión de nuestras vidas. ¿Somos felices? ¿Estamos haciendo felices a los demás? ¿Somos capaces de escuchar ciertos avisos, ciertos detalles, que nos avisan de que algo no va bien? Clara lo hace a través de Patricia, una chica que parece tener una vida envidiable, es guapa, es modelo, una exitosa carrera, una casa grande, dinero, marido guapo y pintor. No parece tener que preocuparse por nada.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. En cuanto rascamos un poquito vemos que hay cosas que Patricia hace porque creé que es lo que tiene que hacer. Sufragar los gastos de su familia porque así les está dando amor y cariño acaba por volverse en su contra. Les está haciendo débiles y no por ello les quiere más ni ellos se sienten más queridos. Con Patricia vamos desgranando poco a poco los sinsabores de la vida y sí, haciendo auto-reflexión.
El cielo ha vuelto me gustó, aunque sin maravillarme, hay ciertas acciones de Patricia que no se entienden muy bien, o quizá no se empatiza con ellas y esta es una novela de las de empatizar mucho con el personaje o de lo contrario no te gustará. Así que a veces entraba y salía de la historia. En cuanto a haber recibido el Premio Planeta 2013, ahí, ahí, hubiera exigido algo más a una novela para darle un primer premio.