Inma Lorente nació un 23 de noviembre de 1985. Siendo niña dibujar era natural para ella.
De una manera espontánea
pintaba sin pensar si lo que hacía estaba bien o mal, si era habilidosa o no o si en el futuro querría que
fuese mi profesión. Más bien mi deseo era ser veterinaria y cuidar de los animales.
Pero cuando finalmente llegó el momento de estudiar una carrera, Inma sabía que iba a estar relacionada con el arte.
Eligió diseño gráfico por las posibilidades que tenía. Me gustaba la idea de unir el dibujo con lo que podría
ser mi trabajo en el futuro. Después de dos años trabajando como diseñadora decidí estudiar ilustración.
Aunque hace casi 10 años que terminó los estudios no ha dejado de aprender acerca de cómo dibujar,
colorear, diseñar, maquetar, tratar con el cliente... Permanecer abierta a seguir aprendiendo hace que mi
vida siga siendo una experiencia llena, muy rica y disfrutada.
Al terminar sus estudios de diseño empezó a trabajar en una empresa. Allí diseñó el
logotipo y la imagen de marca. Tras dos años llevando el departamento de comunicación
vio que la idea de trabajar en el mismo lugar durante toda su vida le resultaba monótono.
Supe que si me quedaba donde estaba no iba a aprender mucho más por lo que sentí el
impulso de moverme, hacer algo más creativo, viajar…dejar el trabajo e irme a Barcelona
a estudiar ilustración. Y eso hice. Fue una apuesta arriesgada, una decisión que me obligaba a salir de la comodidad. Me
sentía insegura pero dentro de mí sabía que estaba en el camino correcto.
Vivir en una ciudad tan grande de pronto le abrumaba pero a la vez despertaba en ella una curiosidad por aprender que le inspiraba mucho. Allí comenzó a dibujar y a pintar en
papel, a explorar como podría expresarse con su propio lenguaje a través del color y la
forma. Su sueño era dedicarse a trabajar como dibujante. Sin embargo, era inexperta y bastante
ingenua, quería vivir mi deseo de ser ilustradora pero éste venía lleno de imágenes e
ideales.
Trabajó como dibujante y diseñadora de manera independiente lo que supuso un cambio en su estabilidad económica. La vida en Barcelona era más cara y la
cantidad de proyectos que tenía no me permitían mantenerme. Así que al tiempo me
mudé a Valencia.
Pasó un tiempo sin mucho trabajo. Fue difícil al inicio, sin embargo, se convirtió en una
bendición cuando lo aceptó tal y como era, sin tratar de cambiarlo. Aprendió a
ser más humilde y a revisar cómo había estado trabajando – desde el deseo de encajar
en un mundo lleno de estereotipos que me decía incluso cómo debía vestir, actuar,
moverme o a qué lugares ir si quería tener éxito como dibujante –. Desprenderse de todo
ello ha sido y es una liberación. Así como también lo está siendo aprender a dibujar desde
lo que siento dentro de mí en lugar de tratar de encajar en un mercado alimentado por
modas que van y vienen.
Gracias a este periodo ha podido darse cuenta de su verdadero potencial como persona.
No se reduce a la condición de ilustradora o dibujante sino que está disponible para
realizar muchas otras actividades. En estos años ha aprendido nuevos oficios,
participado en otros proyectos, formándose en el campo de la sanidad... Y sobretodo he
podido ver que puedo sentirme igual de preciosa y digna de ser querida tanto ilustrando
un proyecto como ordenando mi casa. Abrirme a esta verdad dentro de mí ha hecho que
pueda abrazarme de una manera incondicional, aceptando todo tal y como es en cada
momento.
Hoy después de años sin mucho trabajo está dedicándose a dibujar casi a tiempo
completo para distintos proyectos y encargos, algo que nunca hubiera imaginado antes.
Lo vivo contenta pero también despierta, sabiendo que quién verdaderamente soy no está
definido por nada de lo que diga, haga, de la cantidad de libros que publique o de mi
visibilidad en las redes sociales.
Sus dibujos son como ella, sencillos y claros, no pretenden ser lo que no son. Puede que el no tratar de ser
perfectos es lo que los haga únicos. Le inspira cuando están vivos y transmiten la ternura, la inocencia, el
juego, la alegría...sencillamente por que he estado sintiendo esas cualidades dentro de mí mientras los
dibujaba.
Le encanta acostarse temprano y madrugar. Le inspiran las tormentas, el olor a tierra mojada, mirar las estrellas, las
estaciones del año y lo que cada una aporta... Las flores, los animales como los pájaros, las ballenas, los
delfines, las mariposas…, entre otros.
Le inspiran también las personas que no pretenden ser otra cosa más que lo que son, auténticas, nobles, confiadas
y a la vez humildes, sinceras... El brillo de una mirada inocente y pura, la luz en la expresión de una mujer
que sabe de su belleza interna, la presencia de un hombre que no teme mostrarse vulnerable y tierno…Me
inspira el reflejo de personas que tienen el valor de seguir el impulso de su corazón, pase lo que pase, que
confían y saben de su verdadero valor en todo momento.
No tiene una estrategia concreta a la hora de comenzar un trabajo pero si tiene muy presente qué es lo que se necesita comunicar. Preparo
el espacio, el material y me preparo a mí misma, revisando cómo estoy, cómo siento mi cuerpo. A lo largo
de los años me he dado cuenta que este pequeño detalle marca una gran diferencia, no dibujo igual cuando
tengo prisa por terminar o cuando estoy distraída con algún pensamiento que cuando estoy disfrutando del
momento presente, fluyendo con lo que cada línea me trae, atenta y despierta ante lo que me sucede
dentro para expresarme a través del dibujo.
Su manera de trabajar y sus dibujos han evolucionado con ella a lo largos de estos últimos años.
Principalmente por el trabajo que está haciendo con ella misma y como consecuencia por los cambios
que conlleva en sus hábitos, estilo de vida y alimentación.
Recibir sesiones con regularidad de las terapias
de Universal Medicine me apoyan a profundizar en mi relación conmigo y a tomar nuevas decisiones
que me permitan estar cada vez más armónica y plena.
Cada proyecto requiere de una técnica u otra pero básicamente suele usar,
lápiz y papel, acuarelas, lápices de colores y el escáner. Y una meditación Gentle Breath antes de
empezar a dibujar.
Inma dibuja para quien necesite difundir un proyecto, ilustrar un libro, una portada, un
cartel, un anuncio, decorar una pared... Dibuja en cualquier lugar donde haya una mesa. Tengo la suerte de viajar con regularidad para visitar a
amigos o a la familia y suelen acogerme muy bien así que cuando tengo que trabajar pongo el material en
la maleta.
A lo largo de su experiencia como dibujante ha trabajado en proyectos muy distintos para clientes como
Wetransfer, Boboli, Hotmail México, Anorak magazine, Generalitat Valenciana, Chispum, el proyecto de
huertos escolares Ecoescoles, la Rambleta, para el proyecto educativo
Ecoescoles y el estudio de
Anorak magazine. Destaca la campaña de transparencia para la Generalitat Valenciana.
Sus dibujos están íntimamente unidos a ella, su emanación va a depender de cómo esté, de lo que elija en cada momento, por tanto quiere ser cada vez más responsable,
más íntegra con lo que expresa, más respetuosa y consciente de ella y de su cuerpo. Ser
parte activa del cambio que me gustaría ver en el mundo, permaneciendo en la igualdad
del corazón que me une a los demás independientemente del género, la cultura, la
religión, la nacionalidad, el estatus social…
En el mundo de la ilustración y del arte tenemos dos lienzos, dos caminos muy distintos. Uno de ellos muy
transitado, lleno de tendencias, colores, mucha información, ruido visual fruto de las emociones que
alimentan más emociones y que nos llevan a la admiración de unos pocos pero no a quien en verdad
somos. El otro lienzo es un espacio nuevo a estrenar. Una nueva oportunidad para explorar otra manera de
vivir el arte y nuestra propia vida. Un espacio que nos lleva de regreso a nuestro corazón y desde el cual
podemos sentirnos en casa. Aquí no hay artistas, dibujantes, directores creativos...sino seres humanos,
iguales desde dentro y unidos por lo que somos.
Permitirnos el tránsito de un lienzo al otro es una decisión personal y muy necesaria.
En cuanto a su obra favorita. Tengo un pequeño dibujo de mi amigo Ramón Gil que me acompaña en mi mesa de trabajo. Lo que más me
inspira no es lo bonito que es sino la ternura que transmite y el cuidado con el que él lo hizo. Se puede
sentir fácilmente en cada detalle.
En su adolescencia buscó modelos a seguir con los que pudiera identificarse. Lo que encontró fueron
cantantes, músicos y artistas que destacaban por sus habilidades o por su apariencia física. Eran especiales porque eran diferentes pero solían dejarle con una sensación de vacío. Si ellos lo tenían todo,
¿qué había de mi? ¿quién era yo entonces? No podía encontrar un verdadero reflejo en nadie. Hoy
comprendo que todo lo que recibía fueron imágenes pero ninguna presencia que emanara desde dentro y
con la que me pudiera reconocer. De hecho, la mayoría de ellos terminaron en el camino de la
autodestrucción por el consumo de alcohol y drogas hasta el final de sus vidas. Entonces, ¿qué tipo de
modelo estaba siguiendo en realidad? No considero que una persona sea más especial o más sensible por tener una habilidad concreta. La
admiración no nos apoya a descubrir nuestra propia manera de expresarnos, que es única e igualmente
valiosa. Dejarnos inspirar – en lugar de compararnos - sin embargo puede ser una invitación a descubrir
todo nuestro potencial y a expresarlo en nuestro día a día. Ser consciente de la unión entre lo que vivimos y lo que dibujamos me invita a elegir cuál es el ejemplo que
quiero ser como dibujante y como mujer en el mundo ya que la huella que dejamos a nuestro paso, lo que
reflejamos desde nuestra presencia no pasa inadvertido.
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