Seguramente sea poco objetivo con Bevilacqua y Chamorro, sus andanzas me llevan acompañando muchos años y disfruto en cada una de ellas. De sus casos y también de sus personalidades y reflexiones.
En El mal de Corcira vamos a conocer a Vila un poquito más. A ese Vila de 25 años que estuvo en el País Vasco luchando contra la banda terrorista de ETA. Y todo ellos mezclado con el nuevo caso que le va a traer recuerdos a los que enfrentarse de nuevo. Algunos mejores y otros peores. Una etapa complicada en la que se repiten errores ya sufridos en la historia y que se seguirán repitiendo. Porque somos así.
Sigue siendo una delicia bucear en la mente de Vila, en su sentido del humor y sus reflexiones sobre temas actuales. Un placer siempre.