Marcela está embarazada. Nelson, el padre, no lo sabe. Marcela no encuentra el momento ni el porqué para decírselo. Su situación económica no es buena y además, Marcela, empieza a darse cuenta de que está con Nelson para no estar sola pero la realidad es que está sola. Cuidar de Amador, tener un trabajo y recibir un dinero a fin de mes, suena a esperanzador. Pero Amador no espera ni a que termine el primer mes. Se va. Antes de tiempo. Para todos.
¡Qué puñetera que es la vida! A veces no da ni un respiro. Eso es lo que yo pensaría si fuera Marcela. Cuando las cosas podían empezar a ir un poquito bien, ¡zas!, otro revés.
Esto es lo que para mí cuenta Fernando León en Amador. La vida tal y cómo es. Sin edulcorante ninguno. La vida de los inmigrantes y de los que no son inmigrantes. Que quizá parezca mejor, pero Marcela ya va a ver que están como ella, a otro nivel, pero como ella.
Es una película de tiempos. El paso del tiempo, lento, impasible, cuando queremos que todo pase, que llegue el día, para bien o para mal, el tiempo se toma su tiempo.
También nos cuenta que a veces la ayuda la recibimos de aquella persona que acabamos de conocer, de la que no sabemos nada, pero que de repente, se convierte en nuestro confidente y en nuestro máximo apoyo.
Fernando León sabe jugar muy bien con la tristeza de los personajes. Y transmitírnosla.
Dirección y guión: Fernando León de Aranoa.
País: España.
Año: 2010.
Duración: 110 min.
Género: Drama.
Interpretación: Magaly Solier (Marcela), Celso Bugallo (Amador), Pietro Sibille (Nelson), Sonia Almarcha (Yolanda), Fanny de Castro (Puri).
Producción: Fernando Léon de Aranoa y Jaume Roures.
Música: Lucio Godoy.
Fotografía: Ramiro Civita.
Montaje: Nacho Ruiz Capillas.
Dirección artística: Llorenç Miquel.
Vestuario: Fernando García.
Distribuidora: Alta Classics.
Estreno en España: 8 Octubre 2010.
No recomendada para menores de 7 años.