La filosofía de Tejeluz es hacer poesía. Poesía visual en este caso utilizando el vidrio junto con la luz. Es altamente poética la magia que surge de los juegos de luces cuando el sol alcanza el vidrio, no dejará nunca de maravillarme. Lo que persigo es llevar esa idea, que es la que está detrás de las grandes vidrieras de colores, a algo que puedes llevarte puesto. Juan Fuente.
De igual modo también le resulta poético y muy satisfactorio recuperar materiales y darles una segunda vida.
Esa segunda oportunidad para ser aceptado, y el hecho de hacer de un objeto hermoso, pero en desuso, algo todavía más hermoso me parece maravilloso, realmente fascinante.En 2016, después de abandonar la cristalería en la que trabajaba, Juan comenzó a trabajar el vidrio de manera artística, primero haciendo vidrieras. Luego fue buscando su camino poco a poco, conociendo cada vez mejor el material y conociéndose también a él mismo y lo que quiere y puede aportar.
Trabaja en la joyería porque aúna su necesidad de expresar, de crear, en un formato que por tamaño facilita su elaboración y que además tiene mayor demanda hoy día. Y que me ayuda a compartir. Cuando uno crea lo hace por esa necesidad de materializar las ideas, pero también con el fin de conectar con otra persona. No deja de ser un modo de comunicación, pero a través de las manos. Compartir con otra persona una obra y que esa persona la utilice y la disfrute es lo que le da sentido a todo. Esa es la finalidad. Y unas piezas ponibles me ayudan a ello. También algo a considerar es el hecho de que el vidrio sea un material muy comunicativo, que expresa mucho con su sola presencia, que transmite emociones. Y no olvidemos que todo aquello que nos ponemos habla de nosotros, de cómo es nuestra personalidad y de los sentimientos que habitan en nosotros. Si estás contenta lo demás lo verán en ti y se reflejarán en tu indumentaria. Por ello me parece ideal para expresar alegría y ganas de vivir.
Juan usa muchos tipos de vidrio, desde el de murano, pasando por el llamado catedral hasta el vidrio reciclado. Este último es el que más le satisface, aunque en realidad es el más complejo de trabajar. Utiliza mucho vidrio procedente de ventanas rotas y también de botellas de bonitos colores, pero como no le dan todos aquello tonos que quisiera ha de recurrir en ocasiones a otro tipo de vidrios.
Trabaja en el paraíso, en una localidad llamada Boiro que está ubicada en la costa de Galicia, en la ría de Arosa. Y desde donde distribuye a tiendas y vende a través de internet, principalmente en la web. Una web que realiza él en su totalidad y que intento hacer un lugar hermoso que visitar, donde ver y leer cosas inspiradoras aunque no vayas con la intención de comprar.
No le gusta realizar encargos porque sé que su fuerte es crear desde cero, sé como llegar a cosas hermosas sin un punto de partida y sin meta definida, y en todo caso si el resultado conseguido no es satisfactorio se descarta la pieza. Si me pides que llegue hasta cierto resultado ya predefinido es posible que mis capacidades no basten o el material no me lo pueda dar, y eso me hace sentir atado en cierto modo. Me gusta la libertad y luego ofrecer el resultado de mi trabajo a quien le pueda gustar.
Tejeluz le aporta la posibilidad de ser él mismo, porque soy creación, y me ofrece un canal para poder expresarme. Antes había utilizado otras maneras de hacerlo de modo aficionado, porque es una necesidad en él desde siempre. Tejeluz representa la oportunidad de utilizar eso de modo profesional.
Su inspiración es básicamente un diálogo con el material. Por una parte lo que hace es sacar de dentro, y de dentro sólo puedes sacar lo que previamente metes, es decir que habla sobre lo que le rodea. No hay nada más estimulante que la belleza natural de Galicia, sus paisajes, su verde, sus riachuelos, su mar, su costa, etc...y es cierto que la naturaleza si te paras a mirar es un verdadero prodigio, es la madre de todos los diseños. También le resulta estimulante algo que considera a la par elegante y con mucha esencia de lo que es la humanidad, como es la mitología. Creo que un buen ejemplo sería pensar en coger algo que ya existe y pasarlo a través de un filtro para modificarlo. En este caso yo soy el filtro, un filtro lleno de matices. Por otra parte el vidrio tiene que estar de acuerdo, yo le pido cosas y él me da lo que técnicamente y físicamente es posible. De esa unión entre lo que yo quiero y lo que él me puede dar surgen mis piezas.
Sus creaciones son un poco caoticas, no sigue una línea clara porque le sobrepasan las ideas. Gracias a dios las ideas me sobrevienen una tras otra y voy detrás de ellas como un niño detrás de una mariposa. Quiero atraparlas todas, pero es imposible, porque a fin de cuentas tengo que hacer las piezas con las manos y me lleva mucho tiempo, no es tan sencillo como plasmar dibujo tras dibujo. Hay un gran trabajo de elaboración , que es lento, y que requiere muchos errores también. Llegar al modo adecuado de conseguir el acabado perfecto no siempre es sencillo, es necesario ver si se puede encontrar el proceso para poder replicarlo, si es lo suficientemente ligero y cómodo, si resulta un diseño seguro en cuanto a resistencia etc... Llegar a una pieza final que aparezca en la web tiene mucho más trabajo detrás del imaginado. Me toca descartar muchas ideas que no puedo abordar pero a la vez se me hace complicado centrarme en desarrollar una sola. Es algo en lo que debería comenzar a poner foco, pero el ingenio no descansa y me tienta.
Su proyecto de futuro es seguir plasmando esas ideas, porque idear es su mayor fortaleza, y desde el taller seguir ampliando la red de tiendas con las que colaborar. Algunas están en Galicia y quiere crecer hacia el resto de España buscando gente que quiera vender en su local piezas distintas y con personalidad, fuera de lo monótono y lo habitual y lejos de esa estandarización que amenaza con convertirnos a todos en clones. A mi lo que me llena es el trabajo de taller y la venta es algo que considero que otros hacen mejor.
Intenta que su pieza favorita sea la última, la idea es mejorar siempre y hacer las cosas un poco mejor. Pero si ha de elegir un solo modelo, que transmita mejor esa elegancia y esa poesía que quiere hacer llegar, diría Caliope. Por otra parte considera que los pendientes es el lugar ideal para lucir el vidrio del modo en que él lo trabaja, porque es donde realmente se comporta como una pequeña vidriera que pinte la luz y proyecte una bonita sombra de color sobre la piel. Aunque los collares le dan margen a jugar con formas mas artísticas sin que el peso y los tamaños sean tan críticos, por lo que está en proceso de buscar cosas por ahí.
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